Vivir en un mundo más saludable es posible
¿Podemos cambiar el mundo?
Si respondemos un simple “sí” a esta pregunta, nos tacharían de ingenuos y soñadores, nos dirían que no somos realista y estamos persiguiendo una utopía.
Pero esto merece una reflexión más profunda, déjame que te lo pregunte de otra manera:
- ¿Podemos cambiar nuestras pautas de consumo?
- ¿Podemos cambiar nuestras pautas de producción?
- ¿Podemos cambiar las marcas con las que trabajamos por otras que apuesten por la sostenibilidad?
Si has respondido que sí a todas estas preguntas, … piénsalo bien: al final resulta que sí podemos cambiar el mundo, ¿no crees?
Lo único – y quizás lo más difícil – que tenemos que hacer es salir del piloto automático de nuestro día día, de lo fácil, de lo inmediato, y consumir de manera consciente, responsabilizándonos de nuestras decisiones de compra.
Porque resulta que nuestras elecciones de consumo tienen consecuencias y son, precisamente, las que pueden cambiarlo todo.
Mi encuentro con la revista Opcions: no estamos solos
Uno de los grandes problemas por los que la mayoría de personas no hacen nada por cambiar las cosas es que creen que están solas en esto.
Han tirado la toalla de antemano, piensan que somos tan pequeños que nuestras acciones no van a tener consecuencias en las personas, en la economía o en el medioambiente.
Pero no es así.
Una cosa es que no tengan tanta visibilidad o no hagan tanto ruido como las marcas tradiciones, pero eso no significa que no existan muchas personas y empresas haciendo las cosas de otra manera.
Y eso es precisamente lo que encuentras en la revista Opciones.
Personas, empresas y proyectos relacionados con usos más eficientes del agua y de la energía, movilidad sostenible, aprovechamiento alimentario, prevención de generación de residuos, transición energética, gestión sostenible del agua, o moda ecológica, entre otros muchos.
Una comunidad de miles de personas interesadas en la sostenibilidad y el consumo consciente.
Por eso cuando me propusieron participar en un artículo sobre diferentes iniciativas ecológicas que se están desarrollando en Cataluña no lo dudé y compartí con ellos uno de mis últimos proyectos: un servicio de aserradero portátil, tanto para negocios públicos como privados, que permite realizar una gestión forestal sostenible, más rentable y ordenada a pie del árbol, ahorrando costes y aprovechando todos los residuos orgánicos que genera el bosque.
Puedes leer el artículo completo sobre “Las utopías del desastre” aquí.
Desde aquí, aprovecho para dar las gracias Ivet Eroles, por contar conmigo para vuestra revista y por el magnifico trabajo que realizáis desde Origins.
Manuel Gayete.