Recientemente he recibido en mi taller, Biofusteria, la visita de los alumnos del proyecto educativo el Rogle Waldorf Lliure con motivo de la semana de los oficios.
Una iniciativa maravillosa creada con el propósito de “acercar a los jóvenes oficios en los que están implicados las manos, la cabeza y el corazón”.
Para mí siempre es un placer compartir mi visión de la carpintería ecológica basada en los valores de sostenibilidad, de respeto al medioambiente, de amor por el bosque y de voluntad por encontrar nuevas formas de hacer mi profesión más humana, más honesta y más justa para todos.
Y más feliz me hace aún si puedo transmitírselo a las nuevas generaciones, porque creo que la educación, desde pequeños, es la mejor manera de garantizar el futuro de la naturaleza y nuestros bosques.
Las bases de mi oficio: las herramientas para tratar la madera
Empecé la visita mostrando a los alumnos cómo se construye una caja de herramientas, cómo de las herramientas manuales se fue evolucionando primero a las electroportátiles y luego a las estacionarias, con mayor potencia eléctrica, lo cual ha facilitado todo el proceso de elaboración de los diferentes objetos y mobiliario que puede salir de un taller.
El hilo entre lo artesano y lo artístico
El amor por la madera tiene distintas vertientes y formas, y yo entré al mundo de la madera a través del arte, formándome en ebanistería y talla.
Para adentrarlos en esta faceta más artística y creativa los llevé desde la base más sencilla, el formón (una herramienta de corte recto) hasta las gubias, que son herramientas con el mango también de madera pero con diferentes formas, esenciales para tallar y esculpir la madera.
Les mostré tallas en bajo relieve y esculturas en 3D, para que descubrieran qué resultados pueden conseguirse con estas herramientas, amor y paciencia.
La biología de la madera
La madera es un material fascinante, repleto de recursos, por lo que quise que también conocieran su composición y las distintas posibilidades que ofrece: les expliqué la estructura de celulosa, la lignina (que se utiliza como aglutinante), les mostré troncos con hongos en proceso de descomposición,… todo ello con el propósito de que descubran que la madera, por su propia anatomía, ofrece infinidad de recursos naturales y de trabajos que se pueden hacer a partir de ella.
Nuevas líneas de negocio
Lo bonito de un oficio manual es poder ver el taller en acción, por lo que les mostré el funcionamiento de las máquinas que utilizamos a diario.
Me interesaba muy especialmente que conocieran el trabajo de una aserradora, porque con esta maquinaria se abre una nueva área de trabajo, de gran magnitud y decisiva para el futuro de nuestros bosques: la gestión forestal.
Para mí era muy importante poder transmitirles que cuestiones como de dónde sale la materia prima y cual es nuestra relación con el bosque son importantes y afectan a nuestro trabajo.
Porque quería mostrarles el cariño y la visión de quienes no queremos ofrecer solo un oficio sino la voluntad de crear nuevas líneas de negocio respetuosas con el medioambiente.
Desde este post doy las gracias a la escuela el Rogle Waldorf Lliure por dejarme compartir con ellos mi visión de la carpintería y de la ecología: es nuestra responsabilidad mostrar a las futuras generaciones modelos de negocio no solo bonitos sino también necesarios, conscientes y responsables.